No hay nada como Corea para subirle la moral al macho ibérico estandard. Este domingo, iba camino a casa y un grupillo quinceañero y acneico de coreanas me abordó y me echó el alto sorpresivamente. Me dijeron que era muy guapo, y me preguntaron si era un actor de reconocido prestigio (sic). Lo cierto es que salía de fiesta e iba bastante maqueado, con americana, pero ni más larga ni más corta que cualquiera. Me preguntaron por mi estado civil, mi grupo sanguíneo y por mi número de teléfono. Lo habitual.
Y es que Asia tiene eso, transforma al Paco Martínez Soria más anónimo en un nuevo Alain Delon de corte peninsular. Un estrellato jamás soñado, caído del cielo, sin cirugía de por medio. Entiendan ahora a Don Francisco y a sus motivos para no volver al pueblo. Me fríen a mensajes.
Y es que Asia tiene eso, transforma al Paco Martínez Soria más anónimo en un nuevo Alain Delon de corte peninsular. Un estrellato jamás soñado, caído del cielo, sin cirugía de por medio. Entiendan ahora a Don Francisco y a sus motivos para no volver al pueblo. Me fríen a mensajes.
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