De nuevo otro ejercicio sociológico en tierras asiáticas. Este fin de semana tocó experimentar con una fuente de ocio veraniega al más puro estilo coreano: el aquapark masivo.
Caribbean Bay es un gran parque acuático integrado dentro del parque temático más grande de Corea (Everland). Se trata de un inmenso recinto en el que las numerosas rampas, tubos y empinadas resbaladeras acuáticas se entrecruzan entre sí en un decorado similar al de Disneyland.
Caribbean Bay es un gran parque acuático integrado dentro del parque temático más grande de Corea (Everland). Se trata de un inmenso recinto en el que las numerosas rampas, tubos y empinadas resbaladeras acuáticas se entrecruzan entre sí en un decorado similar al de Disneyland.
En Caribbbean Bay es imposible no ser feliz, y por ello, familias enteras surcoreanas deciden acudir al recinto en manada durante los días más calurosos del año. Es una buena manera de refrescarse y tener a los niños ocupados. Los mayores, también pueden pasarlo bien. Sonrían.
Lo cierto es que el parque acuático en sí es estupendo. Es relativamente nuevo, está limpio, y tiene multitud de atracciones para todos los públicos, desde descensos en flotadores gigantes, tirabuzones, saunas, jacuzzis o incluso una gran piscina con olas artificiales que resulta de lo más entretenido. No obstante, la gran masificación y la obsesión por la seguridad hacen que para cada atracción haya un tiempo de espera mínimo de una hora, capaz de agotar la paciencia de cualquiera.
Apelotonamiento general
Por otro lado, muy divertidos los atuendos del personal piscinero sucoreano: la obsesión por la piel inmaculada y el blanco nuclear, hacen que vayan protegidos con camisetas, gorras, gafas y demás pertrechos a modo de armadura solar. Evidentemente rozan la ridiculez absoluta. De ridiculez moderada también es la manía de vestir chalecos salvavidas incluso en las piscinas que cubren dos palmos.
Aunque la experiencia no estuvo mal, no creo que vuelva a repetirla. Demasiadas colas, demasiadas esperas. Lo mejor del día fue el postre final: nos hicimos con unos "churros" coreanos en el propio parque. Hemos logrado exportar el concepto y el nombre del churro, pero aún les queda mucho camino por recorrer. Algo es algo: paella, tortilla, flamenco y churros.
Coreanos con salvavidas
2 comentarios:
¡¡¡¡DIFAMADOR!!!!
Muy interesante tu Blog.
Un dia de estos debo explorarlo en profundidad...
Un saludo.
Publicar un comentario